LAS PODEROSAS: Adiós a la violencia, bienvenidos los aplausos

A todas las mujeres que sufren miedo

«Somos mujeres transformadas para transformar y ahora nos dedicamos al teatro»

«Nuestra vida, sí, estuvo tocada por la violencia, pero ya salimos con nuestra fuerza y nuestras debilidades a cuestas también (ahí las teníamos a flor de piel en ese momento). Y ya afuera, con el tiempo, nos dimos cuenta de que la violencia sigue de manera constante sobre la mayor parte de las mujeres guatemaltecas y sobre nosotras también, en formas más sutiles pero no menos destructoras que los golpes. Así que nos decidimos a hacer teatro para sacudirnos las trampas que nos pusieron, para compartir caminos y reírnos en la cara de algunas fantasmas que todavía quieren perseguirnos, y sacarnos para siempre el cartelito que nos quisieron poner de víctimas. Porque se equivocaron los (y algunas las) que nos quisieron poner ahí. Nosotras, como muchas, somos amigas y Poderosas. Vamos juntas para el teatro. ¡Cuidado!»

Anoche, viví una experiencia única. En la Casa de América (Madrid) se presentaba una obra de teatro «Las Poderosas». Estaba emocionada por lo que iba a presenciar, angustiada pensando que lo que iba a ver me tocaría profundamente el alma…me movería lo más profundo de mis miedos. Y así fue.

LAS PODEROSAS es un colectivo de mujeres guatemaltecas, que decidieron sanarse y sanar de sus experiencias de maltrato de todo tipo. Un trabajo que comenzó a raíz de un documental «Hoy puedo ser» en el que abordaban la historia. Se dieron cuenta de que,  gracias al teatro,  podían comenzar transformar sus vidas y la de muchas otras mujeres. Se incorporó al grupo, hasta la psicóloga que les brindaba apoyo en el proceso. Anoche ella misma decía que estaba sorprendida de lo que el teatro estaba haciendo en su vida.

Más allá de contar sus historias desde el «morbo» de la víctima de maltrato, lo cuentan desde el profundo amor hacia ellas mismas. Hay que tener fortaleza (o tacones) para denunciar a un hombre que te manda a matar y te deja sin un brazo para que no salgas de la casa. Una de las protagonistas conmovió a los presentes con su historia. Lo que más me sorprendió era que «lo del brazo» pasaba a un segundo plano, lo que más importaba era lo que EL le sembraba en el cerebro «No vas a poder salir así, todo el mundo se burlará de ti, vas a dar pena, te ves tal mal asi». Al final, esa mujer humilde, se armó de valor, no volvió a creer en los «te quiero»  bajo amenaza de muerte…y ahora es actriz y nadie se burla de ella, se le aplaude.

La luchadora, peleaba contra ella misma y sus «maltratadores». Contra su voz, que era eco de muchas voces. «Estas gorda» «Mala madre», «Riega las matas que se secan», «Atiéndelo», «Aguanta», «Trabaja el doble», «Si te ha violado te lo mereces», «Cómo vas a salir vestida así a la calle  GORDA ASQUEROSA», «Esa MARCA la vas a tener toda la vida»… esa voz que atormenta y que toda mujer lleva dentro. La que te dice que no vales, la que te sabotea la alegría…esa que tú y yo conocemos muy bien se puede vencer.

Los hijos de Las Poderosas también se fueron uniendo al proceso creativo y actúan en la obra. Desde la pureza de la infancia, sueltan por esa boca lo mismo que los adultos decimos, un llamado de atención a las que son madres, y creen que los niños «No oyen». Me alegra tanto pensar que la labor que estas mujeres están haciendo que, por lo menos esas niñas y ese niño, crezcan con otro nivel de consciencia y puedan ser adultos más felices.

Marco Canale, su director y dramaturgo, un joven argentino, residenciado en Guatemala, es quien trabaja con estas mujeres, quienes cuentan que no sólo hacen teatro, se compañan a los juicios, se cuentan sus alegrías y penas…son una familia.

Al final de la obra, me fuí tras bastidores, necesitaba abrazar a la luchadora y decirle que yo tambien pasé por algo parecido, que el teatro también me ayudó a sanar mi herida y que anoche, algo más sanó dentro de mi. Fueron tantas las emociones que una señora que no conocía de nada me abrazó y se puso a llorar conmigo, estábamos todos conmovidos con tantas historias de lucha y libertad. De repente, sentí que me jalaban la chaqueta…una de las niñas de la obra, con la que más me identifiqué me lanzó los brazos y la abracé…y sentí que me abrazaba a mí misma…y nos dije: «Eres grande, tienes ángel bella niña y eres una gran actriz» Sus ojitos de abrieron como platos y brillaban como estrellas, un gesto y una mirada que no olvidaré jamás. (La más chiquita que abrazo en la foto)

 Gracias a LAS PODEROSAS por recordarme que yo también LO SOY, que todas LO SOMOS y por permitirme conocerlas y podre contar esta historia que ha trasformado un poco más mi vida.